I Premio Internacional de Serigrafía Villa de Torre-Pacheco 2009

Esta mañana se ha entregado el Premio Internacional de Serigrafía Villa de Torre-Pacheco, que este año ha recaído en D. Rafael Canogar (pintor, escultor y grabador).

El acto tuvo lugar en el entorno del Taller de Serigrafía “La Ermita” de Balsicas (Torre-Pacheco), un marco inigualable rodeado de naturaleza en el que hay una ermita, donde se entregó el premio. Además, los asistentes al acto pudieron ver el taller de serigrafía y ver el proceso de elaboración de las serigrafías.

Al acto asistieron el alcalde de Torre-Pacheco, Daniel García Madrid, y el Director del Museo de Bellas Artes de Murcia, Juan García Sandoval.

Rafael Canogar (Toledo, 1935), es un pintor español, uno de los principales representantes del arte abstracto en España. Discípulo de Daniel Vázquez Díaz (1948-1953), en sus primeras obras encontró la manera de alcanzar las vanguardias y, muy pronto, estudiar profundamente la abstracción. Usó inicialmente un técnica escultopictórica: con sus manos arañaba o exprimía la pasta que hacía vibrar sobre fondos de colores planos. Era una pintura en la que el gesto inicial sale directamente del corazón. En este punto Canogar encarnó lo mejor de la pintura matérica.

En 1957 funda con otros artistas (A. Saura, M. Millares y Luis Feito), así como el crítico José Ayllón el madrileño grupo El Paso. Se ve influido por la Action painting. Defendieron, entre 1957 y 1960, una estética informal y la apertura de la España franquista a la escena internacional. El informalismo fue eminentemente la expresión de la libertad, de lo irrepetible y único, realizado con una caligrafía directa y espontánea. Obras eminentemente intuitivas y pasionales, realizadas con la urgencia que el tiempo, la edad y las teorías reclamaban. El informalismo fue para Canogar algo sustancial y místico, autoafirmación y autorrealización. Pero ese posicionamiento radical no podía, según Canogar, mantenerse indefinidamente sin «academizarse» e insuficiente para comunicar y expresar la tensión de la realidad, de la nueva conciencia social y política que despertaba en el mundo.

La tercera dimensión dio finalmente solución a la nueva obra, a su segundo período que, a partir de 1963 va, progresivamente, volviendo a la realidad de una figuración compleja cada vez más narrativa. La incorporación de nuevos materiales le permite su proyección en la realidad del espectador, con referencia explicita e ineludible intento de hacer participar a ese espectador de un drama colectivo. El crítico Vicente Aguilera Cerní escribió a propósito de estas obras de Canogar «Los temas no expresan opiniones, reflejan hechos, pero los hechos son dramas humanos, son imágenes cosificados donde lo humano, objeto y cantidad, adquieren jerarquía simbólica….»

En 1975 abandona este realismo y durante un periodo realiza obras eminentemente abstractas, un análisis de la pintura, del soporte, de la bidimensionalidad de la pintura. Pero Canogar necesita inventarse una nuevaiconografía, recuperar la memoria y - en un homenaje a las vanguardias históricas- que realiza a través de la máscara, de la cabeza, del rostro, como representación del hombre que pierde su individualidad y se convierte en signo plástico, al mismo tiempo que percha donde colgar la pintura. Canogar hace de su trabajo, como parte estructural de su obra, la realidad del hombre que vive inmerso es sus propias contradicciones. En 1982 recibe el Premio Nacional de Artes Plásticas. Hay obras suyas en varios museos de arte moderno: Cuenca, Madrid, Barcelona, Turín, Roma, Caracas y Pittsburg (Canrnegie Inst.), etc.

Entre los cargos que ha desempeñado destacan:

Miembro de la Junta Directiva del Círculo de Bellas Artes de Madrid entre 1983 y 1986.

Miembro del Consejo Asesor de la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura en los periodos 1981-1982 y 1983-1984.

Vocal en el Consejo de Administración del Patrimonio Nacional entre 1984-1987.

Forma parte de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en la que ingresó en 1998.

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